domingo, 7 de septiembre de 2008

2:40 en Mérida


A Müriel

Porque me escribes desde Mérida y va callando la prófuga brasa
que horada ondulante la espuma del silencio,
Qué ganas de asirse al humo del cigarro para subir a verte,
mirar un punto brillante entre pixeles multicolores de las calles
Desde el punto más alto que las nubes permiten
sentarme en la holanda de una nube grisácea,
entre relámpagos,
debajo una ciudad nublada y triste
que aunque sea mía,
sólo recuerdos en boceto me comparte .
Cruzaría las piernas, flor de loto
pues el tiempo en lo alto no entiende de distancias
y camina tan lento como un rayo bicéfalo
sol-líneo equidistante se dirige a tarascar
tu piel bronceada por el viaje
mi piel bronceada por el sino
Tú brillante, con acaloro
pensarás que no es un rayo de sol
ni una mirada,
lo que te causa las ganas de subirte a una nube,
asirte al brazo del vapor de aquella fuente
y conseguir el equilibrio de caerse como la brasa
desde las nubes hasta la espuma del silencio,
no sabes de donde viene aquel antojo
aquella gana de romper como la ola
de escurrir las medidas y distancias
horadar corrosiva el pensamiento,
y entonces me escribes.

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