jueves, 18 de diciembre de 2008

L'etabli

Las posibilidades de ver el día en Ginebra, paradójicamente, han ido variando en horarios con el paso de los días. Las noches, desde mi llegada, se han convertido en la manera de conocer la ciudad, no es la mejor, pero es la adecuada, la búsqueda de claroscuros en la pareja es fundamental y Ginebra tiene varios verticales, he visto comer y deglutir personas entre luces y oscuridades. Salgo a la calle, en su mayoría de las veces en la tarde casi noche, esta vez no es la primera pero con el frío se me antoja siempre algo caliente, donde están los puestos, los xiringuitos, un pozole o un sope, de menos un taco mal servido con grasa por aquello del frío, pero bueno nada eso, entramos Muriel y yo a un bar L'etabli, algunos amigos de Muriel dentro del lugar ya nos esperaban, una par de hermanos suyos , que no son sus hermanos, pero que ella los estima de esa manera, pero decía que entramos, sin lugar en una mesa amplia de madera vieja y una banca del mismo material, a mi lado, un húngaro que imita a los hispanohablantes asintiendo con en ceceo y una rostro pensativo y de mofa, es bueno ver la mofa ajena, es como si un simio imitase al gorila y este imita el rugido del león, que imita a una ardilla y una ardilla imitando un gato. Muriel me presenta a unas personas una francesa y un finlandés, el sonido de la lengua finlandesa es extraña. bebo un te para cazadores, sabe muy bien, platico con un suizo con mi escaso inglés y su escaso español pero creo que nos entendemos. Me invitan a jugar dardos en el segundo intento le doy al centro, suerte de principiante, dejamos los dardos y miro el lugar gente vieja, un francés con una pipa y una nariz muy grande, me imagino yo cazador y quiero más te, no, creo que prefiero una cerveza, bebo, bebo, bebo, creo que me comienzo marear, me preguntan por México y no miento, creo que ahora la verdad es una gran mentira para cualquiera de ellos, fumo de la cajetilla de una amiga francesa, todos beben y ahora creo que los entiendo un poco más se habla español, francés, italiano, alemán suizo . Se divide la mesa, mitad hombres hablando de política, y la otra mitad mujeres hablando en alemán suizo, aún no entiendo demasiado pero de vez en cunado escucho Mexiko, o Mex, entonces una amigo de Murii me dice en un español lento y dudoso creo que hablan de ti. Se acaba la ultima ronda de cerveza y nos vamos, la casa esta a dos cuadras, la noche es muy suiza, y llegando a casa la noche será día, toda suiza y cada vez más.

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