martes, 23 de diciembre de 2008

MERCI?

NOCHE naciente de tonos rojizos sobre al lago Leman, despues de haber caminado por la vieja Ginebra de plena noche para no ser la escepcion, son las ocho y un cuarto de hora y voy de regreso hacia a zona comercial para pasar por Muriel a su trabajo, ella trabaja de recepcionista en un hotel cercano a la estación de trenes, hace frio, leo El arte de la fuga, ya casi acabo, me faltaran treinta paginas a lo mucho, busco un lugar donde acabar de leer el libro, pero decido mejor llegar al hotel y terminarlo ahi, Muriel me llama por telefono celular y me pide que vaya que está muy aburrida, un domingo por la noche se traduce en naderias de trabajo, la veo desde afura ella con la cabeza sobre el mostrador, sólo ha leido un artículo sobre la migracion rumana a otras naciones,-está muy aburrido todo- me dice antes de besarme mientras cruzo la puerta, me pregunta sobre mi paseo nocturno, le digo las calles que recorrí, le cuento que una pareja joven en la calle al venir al hotel me preguto en frances por la ubicación de un Mcdonalds, yo fingiendo un avezado ingles británico les actuo un: ohhh yeah!, frase inical y después todo se desplomo con un espanlglis dudoso. Ella al contarle la anecdota rie y me dice que aún no acaba y que debemos esperar al suplente, yo decido entonces esperar en la sala del hotel los minutos que la restan a su turno, continuo leyendo el levantamineto armado en Chiapas en el 94, las suposiciones de Pitol me dan mucha risa, creo que especular al final se vuelve siempre en algo cómico.
Pensba en eso cuando entonces alguien llega al hotel, escucho la voz de Muriel hablando de cantidades y dias de la semana, de repente en el pasillo que no es muy grande, aparece un hombre renco hablando por telefono celular y mirando con duda de inspector a todos lados, una chamarra bombacha de piel, y sus manos dentro de las bolsas me recuedan el frio que hace allá afuera; especulo que el hombre es frances por lo que alcanzao a escuchar de la conversación telefónica, llega hasta la sala donde leo, y comineza a desenrrollar la serie de foquitos electricos del árbol de navidad artificial que adornaba la sala frente a mi, comineza por la punta, e inicia mi risa interna tambien a desdoblarse, una suerte de malabarismo, el pie derecho torpe o inmovible se clava en la alfombra para no perder el equilibrio, al inicio lo logra, pero como no deja de atender llamada por celular sólo utiliza una mano, sesquimalabarismo, yo aplaudo y espaculo: quiza es el administrador, o es un trabajador de limpieza, o alguien que decido que la navidad había acabado tres dias antes. Él mientras tanto coninua por la parte baja del árbol haciendo formas corporales que no podria yo imitar, se tambalea y dos esferas comienzan a decolorar la escena ahora es un tanto trágico, el hombre está en el suelo en cuclillas, hablando por celular aún y liberando los foquitos uno a uno de las ramas artificiales, perece que se va a caer pero logra el equlibrio, un tirón más y ya estara libre la serie, se pone de pie lentamente gira para darle la espalda al árbol despojado y al mover su ancla, su pie, le provoca un desequilibrio que la gravedad lo arrojaría de espaldas hacia el arbolito, aqui no especulo y me lanzo pues estaba a unos metros de él, y lo tomo del brazo y evito el espectaculo, no se cayó pero estuvo muy cerca, el cojo malabarista me gradece-merci, merci- escucho en un francés que parece balbuceo, no respondo nada y regreso a mi asiento, mi buena obra del día, pienso satisfecho; el renco ahora camina por la sala y mira lo cosas que hay muy a la mano, ahora lo sé, mi perspicacia es avasalladora lo he descubierto?, un ladron malabarista. Por lo tanto ahora finjo leer y le sigo con la mirada, él ahora un poco intimidado me da la espalda para lograr esconder su botín, no es el único robo ahora alcanzo a otear. Segunda parada, qué hacer, pienso un poco y decido esperar a que salga.
Mientras tanto ya ha llegado el reemplazo de Muriel, el renco huye ahora tomando dulces de la recepción, es tambien el momento justo de preguntarle a Muriel sobre el renco, la respuesta es que ni ella ni su suplente lo conocen, mi sospecha es cierta, por lo tanto le explico a Muriel lo que he visto y ella a su vez le explica al suplente, un negro alto e impactante, él me pide más detalles, regresamos a la escena del crimen, reconstruyo la historia como me he aprendido de los peritos mexicanos, el negro sale a la busqueda del malabraista, yo lo sigo, salgo dle hotel miro hacia todos lados pero lo pierdo de vista y regreso, Muriel me dice que no es la primera vez que roban así, yo le digo que quiza es la primera vez que veo un grinch en vivo y en directo, el supente negro regresa con el botín recuperado y con una sonrisa en la cara, me da la mano, le tomo la mano, él dice: Merci. Yo asiento. Mi segunda buena obra del día. Salimos del hotel, y en el tranvia le platico con más detallles a Muriel sobre mi proeza, ya en la casa imito el malabar, por supuesto inimitable, pero ella rie y aplude irónica, yo sólo digo: Merci.

4 comentarios:

Viajero vertical dijo...

Me hiciste reír, merci.
(Yo también leo El arte de la fuga.)

Anónimo dijo...

"Yo asiento" es, quizá, la mejor frase de la crónica quasi policiaca con destellos admirables. "Viaje a Chiapas" es, quizás, uno de los peores textos de Pitol: me aventuro: es ya un texto con precio especial ¿no?

Me gusto

Deidre dijo...

Te extrañé al leerte, Merci.

Me gusta Pitol, Merci.

También reí, Merci.

un beso, Merci.

schémata dijo...

Merci Poeta!